Luego de trabajar un tiempo en distintas empresas, diseñando colecciones y controlando producción con fábricas de indumentaria en Oriente, sentí la necesidad de investigar nuevas formas creativas de hacer vestimenta, desde un pensar y hacer más respetuoso con nuestro entorno, con nosotros mismos. Sabía que iban a ser otros los ritmos de producción (mucho más lentos), sin embargo quise revalorizar los recursos materiales y humanos que tenemos en Uruguay.

Así que en esta búsqueda de querer meter más mano, más sentimiento y menos pensamiento, fue que empecé a indagar en el estampado botánico y teñido natural, destacando así técnicas ancestrales.

Un proceso a puro ensayo y error, desde 2018, aprendiendo de los más experientes, asistiendo a talleres en Uruguay y Argentina, prestando más atención a los ciclos de la naturaleza.